miércoles, 3 de agosto de 2016

Luciana Céspedes Espinoza
Mi leyenda
                          La más sabia
No podre olvidar aquel viaje, cuando tuve la oportunidad de visitar la Selva del Perú, todo era muy hermoso, lleno de plantas, animales y gente increíble.

Pero sobretodo, recuerdo aquel día en el que llegue al zoológico de la comunidad. Al pasar por la sección de tortugas había una muy particular, era grande, muy vieja y tenía una barba inmensa, pero lo más curioso era que no tenía una caparazón. Un niño se acercó a la tortuga y le pregunto porque no tenía caparazón. Yo, sin esperar que la tortuga le respondiera me fui alejando pero me quede atónito al oír que la tortuga le hablara al pequeño niño.

No logró olvidar lo que ese día dijo. "Nosotras las tortugas eramos así como me ves, sin caparazón y todo eramos muy felices, pero un día, enormes glaciares cayeron haciendo morir a muchos de los familiares de las tortugas, oh, los humanos como tu le llamaron: La era del hielo. Luego de eso, Dios vio lo tristes que todos estaban y nos mando caparazones a todos, pero yo no se lo acepte, pero mis amigos me cuentan que pesa mucho y que no pueden caminar muy rápido pero que como refugio para emergencias es muy calentito".
Simplemente, fue el mejor viaje que e tenido en toda mi vida.


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