PINOCHO
Narrador: pepito grillo caminaba por la ciudad cuando le sorprendió la noche decidió buscar
un lugar confortable para dormir.
Pepe grillo: que linda casita, veo una luz brillante, me acercare a la ventana.
Gepetto: tengo que trabajar esta noche, tallare un gran trozo de madera.
Pepe grillo: me esconderé en una cajita de fósforos y observare el trabajo de Gepetto.
Gepetto: por fin he terminado el muñeco con nariz larga, que lindo muñeco, te llamaras
Pinocho.
Estoy muy cansado es hora de dormir.
Narrador: en seguida salió Gepetto del taller, una luz brillante ilumino toda la carpintería.
Pepe grillo: que es lo que veo, una luz brillante.
Mago: que hermoso muñeco de madera, te tocare la cabeza, podrás caminar y hablar y si
eres bueno algún día te convertirás en un niño de carne.
Narrador: dicho esto el mago desapareció., de repente Pinocho salto de la mesa y dio un grito de alegría.
Pinocho: ¡Puedo hablar y caminar! ¡Puedo hablar y caminar!
¡Eh!, ¿qué haces ahí escondido dentro de la cajita de fósforos?
Narrador: -exclamo el muñeco cuando vio a Pepe grillo dentro de la cajita.
Pinocho: ¡Acércate, no tengas miedo!
Pepe grillo: claro pero saldré de la cajita con una condición.
Pinocho: ¿y cuál es tu condición?
Pepe grillo: prométeme que serás mi amigo, -por favor dime que si-.
Pinocho: ¡Pues claro que seré tu amigo! ¡Te lo prometo grillo saltarín.
Narrador: a la mañana siguiente cuando Gepetto despertó sintió una gran alegría, al ver a pinocho convertido en un muñeco animado.
Gepetto: ¡Que alegría siento! Mi muñeco habla y camina, hijo mío mañana iras a la escuela, quiero hacer
de ti un hijo bueno y aplicado.
Narrador: a la mañana siguiente
Pinocho: ya me voy a la escuela Papá.
Narrador: de camino a la escuela, Pinocho se encontró con un gato y un zorro que haraganeaban en la calle.
gato, zorro: a dónde vas Pinocho.
Pinocho: voy a la escuela.
gato: la escuela es muy aburrida.
zorro: si quieres divertirte vamos al teatro de títeres del barrio, tu papa no tiene por qué
enterarse.
Narrador: Pinocho que solo pensaba en divertirse no lo pensó dos veces.
Pinocho: está bien vamos al teatro.
Narrador: al llegar al teatro se encontraron con el dueño
Dueño teatro: ¡Qué muñeco más lindo! “con esa nariz te convertiré en una marioneta muy divertida”.
Narrador: y así fue. Pinocho actuó en el teatro y tuvo un gran éxito. Pero pasado un rato ya extrañaba a su papá.
Pinocho: Por favor dueño del teatro extraño mucho a mi papá, déjeme ir se lo suplico.
Dueño teatro: no permitiré que te vayas ¡El público se divierte mucho contigo!
Narrador: Pinocho lloro y lloro tanto que sus lágrimas inundaron el teatro de títeres, y el dueño no tuvo más remedio que dejarlo marchar.
Dueño teatro: anda pues, está bien me has convencido, eres libre y cuídate mucho.
Gepetto: ¿Dónde te habías metido? Estábamos muy preocupados por ti.
Pinocho: la maestra me mando hacer un recado y demoré.
Gepetto: Pinocho tu nariz creció mucho más.
Narrador: aquello era obra del mago que castigaba a Pinocho, por mentir a su papá.
Pinoho: bu,bu,bu, bu, te confieso papá, te dije mentiras, no fui a la escuela.
Gepetto: no te preocupes hijito, este perdonado, mañana iras a la escuela.
Narrador: a la mañana siguiente:
Pinocho: me voy a la escuela papá, voy con Pepe grillo.
Narrador: en el camino Pinocho y Pepe grillo, se encontraron con una carreta tirada por dos burros y cargada de niños sonrientes.
Pinocho: -A dónde van-
Narrador: le pregunto Pinocho al cochero.
Cochero: vamos al país de los juguetes ¡ven con nosotros, allá todo es muy divertido! ¡Te la pasaras muy bien!
Pinocho: vamos grillo saltarín.
Narrador: desde luego este muñequito de madera era un demonio de chico. ¡Otra vez había desobedecido a su papá!
Después de un largo viaje, el carro llego al país de los juguetes.
Pinocho: qué bonito lugar está lleno de juguetes, y sobre todo porque los niños no van a la escuela.
Cochero: te gusta el lugar Pinocho.
Pinocho: si pero ¡porque los niños tienen las orejas largas?
Cochero: porque ellos no asistieron a la escuela.
Narrador: el muñeco muy asustado corrió entonces a mirarse a un espejo.
Pinocho: ¡Oh qué horror! Me están creciendo las orejas, quiero irme de aquí.
Pepe grillo, ayúdame a escapar de este lugar.
Grillo: Si claro Pinocho, nos escaparemos esta noche.
Narrador: así, que una noche sin luna, mientras todos los niños dormían Pepe grillo y Pinocho escaparon del país de los juguetes.
Después de caminar días y días llegaron a la casa del viejo Gepetto, pero una desagradable sorpresa los esperaba, el carpintero había desaparecido.
Pinocho: Pepe grillo, Gepetto no está en casa, vamos a buscarlo.
Grillo: mira Pinocho hay una carta de Gepetto.
Pinocho: se fue al mar, me fue a buscar. Vamos grillo a buscarlo.
Narrador: así pues los dos amigos partieron hacia la playa en busca de Gepetto, pero el viejo tuvo tan mala suerte que se lo trago una ballena azul.
Se embarcaron en un pequeño bote las olas los balanceaban pero Pinocho no sentía ningún miedo, lo único que deseaba era rescatar a su padre del vientre de la ballena.
Grillo: Pinocho, mira ahí está la ballena azul que estamos buscando.
Narrador: el grillo tenía razón, aquella era la ballena que se había tragado a Gepetto.
Pinocho: Pepe grillo, ayudemos a papá, vamos a saltar de la barca pera meternos en la boca de la ballena.
¿papá, papá, papá, donde estás?
Gepetto: aquí estoy Pinocho, Pepe grillo, que gusto de verlos me han encontrado ¿Pero cómo
saldremos de aquí ?
Pepe grillo: hagamos una fogata, el fuego llenara de humo el vientre de la ballena y estornudara de tal manera que saldremos despedidos por su boca.
Narrador: resulto como lo había planeado el grillo, la ballena asfixiada por el humo dio un estornudo tan fuerte que Gepetto, Pinocho y Pepe grillo salieron volando del vientre, y fueron a parar a la playa.
Gepetto: que feliz estoy, ya estamos fuera de peligro, regresemos a casa.
Narrador: aquella noche ya en casa de Gepetto recibieron la visita inesperada del mago.
Mago: Pinocho a pesar de ser un muñeco muy travieso tienes buenos sentimientos y quieres mucho a tu papá, te convertiré en un niño de carne y hueso.
Narrador: acercándose a Pinocho el mago le toco la cabeza y al instante el muñeco se transformó en un muñeco verdadero.
¡No quedo ni rastro de su nariz larga, ni de sus feas orejas de burro!
A partir, de aquel día Pinocho fue un niño muy estudioso y aplicado y jamás volvió a decir mentiras.
Todas: ¡Colorín colorado, este cuento se ha terminado!
REDACTORA:Mariana Diaz Angulo
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