miércoles, 7 de septiembre de 2016

              LAS MOSCAS

La sirvienta de una casa, por descuido, derramo una buena cantidad de miel sobre el piso.

-Aquí está la fuente de vida eterna.-Pensaron las moscas que, guiadas por el olfato, se abalanzaron sobre el dulce charco.

Ocurrió que al posarse sobre la miel quedaron de patas y alas pegadas, sin poder pararse ni volar.

-¡Ay, pobres de nosotras que, por mísera golosina, encontramos la muerte!-Se lamentaban en agonía.

                                                        Lo que no se previene,

                                                          Remedio no tiene. 
Valerie Paloma 
Rodriguez flores 1ero "B"

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